Se plantea avanzar en el desarrollo sostenible del medio rural de Gran Canaria, a partir del fomento del turismo y de la incidencia que éste puede tener en la activación del tejido productivo de su entorno inmediato. Hablamos en primer lugar de aumentar y mejorar la oferta alojativa turística, incentivando la rehabilitación y recuperación de la arquitectura tradicional; en segundo lugar hablamos de potenciar la agricultura, con especial énfasis en la agricultura ecológica y tradicional; en tercer lugar hablamos de mejorar los servicios existentes en el entorno de dichas edificaciones, como comercios, restaurantes, museos, etc. Por último hablamos de aumentar la competitividad de todo el conjunto con mejoras en la producción, en la gestión y comercialización o en la imagen y la difusión.
En el Decreto 142/2010, de 4 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de la Actividad Turística de Alojamiento, se produce “la derogación expresa del Decreto 18/1998, de 5 de mayo, de regulación y ordenación de los establecimientos de alojamiento de turismo rural, y con él la exigencia aplicable a dichos establecimientos (hoteles rurales y casas rurales) de cumplir unos determinados requisitos referidos a la antigüedad de los inmuebles que se vayan a dedicar al turismo rural estén integrados en el patrimonio histórico de Canarias”. Con esto se produce una valorización del patrimonio cultural vía Decreto, que supone un respaldo para la protección arquitectónica del patrimonio y su vinculación con una actividad económica. Sin duda debemos aprovechar esta oportunidad para poner en valor el patrimonio cultural de Canarias potenciando al mismo tiempo la actividad económica a través del turismo rural.
